COMO DAR UNA BUENA ESPOSICION
Hacer presentaciones en público es, en la mayoría de los casos, una tortura para quien tiene que hacerlas; si sale mal la culpa casi siempre es de los nervios, pero no creas esto, los nervios son la ausencia de tranquilidad y tú puedes tener toda la tranquilidad del mundo si sigues estos pasos.
1. Ten confianza en ti mismo.
Para aprender a preparar una exposición, debes confiar en lo que sabes. Ser experto en lo que vas a exponer te dará la confianza que necesitas. Si no estás seguro de lo que vas a decir porque no conoces el tema en su totalidad, puedes llegar a tener un bloqueo mental que te jugará una mala pasada y te dejará en blanco e incómodo frente a tu audiencia. Para esto lo que debes hacer es preparar con suficiente antelación tu exposición, escribe en una hoja las preguntas que harías si fueras un asistente más y contéstalas, esto te dará ventaja.
2. Conoce a tu público.
Es súper importante el conocimiento que puedas tener de tu público, es más fácil preparar una presentación si conoces el perfil de las personas que van a asistir, puesto que podrás hacerte una idea de lo que estas personas están interesadas en escuchar. Conocer a tu público te permitirá enfocar tu exposición hacia el interés de los asistentes.
3. Investiga a fondo el tema.
Haz un arduo trabajo investigativo, deja las excusas a un lado y saca tiempo para investigar temas que, aunque sean diferentes, tengan que ver con el que vas a exponer, esto ampliará el contenido que debes manejar en caso de que haya una persona experta y tenga una pregunta que, si bien, no concierne a todos, puedas manejar gracias a todo lo que sabes del tema.
4. Organiza tu exposición.
La estructura de tu exposición determinará no solo el tiempo que tomará la misma, también le dará sentido a lo que estás diciendo. Si no sabes el orden en el que vas a decir los contenidos puede que pierdas con facilidad la coherencia de tu discurso y por ende la confianza que ganaste desde un primer momento. Elabora una lista de contenidos en orden de aparición, que sean coherentes y se entrelacen los unos con los otros.
5. Escribe tu discurso.
Hazlo con palabras precisas, sencillas, concretas, recuerda que menos puede llegar a ser más, al público le agrada que le hablen en su idioma y con esto me refiero al vocabulario que ellos pueden entender fácilmente. No des tantos rodeos ni repitas las ideas, es muy común escuchar en las presentaciones frases como: “eso ya lo dijo”, “no entiendo lo que está diciendo”, “otra vez con ese tema”, evita que esto te pase revisando una y otra vez el contenido de lo que vas a decir en el escrito que vas a preparar para tu discurso.
6. Prepara tu voz.
Para preparar tu voz lo primero que debes hacer es respirar bien, puesto que esto permite evitar la fatiga o que se te resequen las cuerdas vocales haciendo que te distraigas e interrumpas tu presentación al tener que tomar agua constantemente. Un ejercicio que puede ayudarte en el manejo de la respiración es el siguiente:
- Toma aire por la nariz y asegúrate de que el aire está llegando a tus pulmones, sintiendo como se agranda tu estómago.
- Suelta el aire por la boca, esto lo puedes hacer ya sea soplando, emitiendo la vocal “a” o diciendo los días de la semana.
Repite este ejercicio durante cinco minutos todos los días, no solo antes sino después de tu exposición para que mejores constantemente, y no olvides ser consciente de tu respiración. Ya verás cómo empiezas a manejar tu respiración de manera adecuada en todos los espacios de tu vida. Ahora bien, si ya manejas la respiración pero tu tono de voz es bajo o alto, puedes valerte de recursos como el micrófono o proyectar tu voz sin necesidad de este, según sea tu caso.
7. Adecúa tu presentación personal.
Quizá te has preguntado cómo preparar una presentación y aunque no debería ser tan importante, seguro has pensado en qué ropa llevar. Debes tener en cuenta que la primera impresión es la que cuenta y lo que uses ese día determinará, en cierto modo, que tan enserio puede tomarte el público al que te diriges, no obstante, esto no pasa en algunos casos, ya que el discurso es el que finalmente atrapa la atención de cualquier desprevenido; sin embargo no dejes de pensar en el público al cual vas a dirigirte (edad, nivel académico, etc.), esto con el fin no solo de sentirte bien sino de hacer sentir bien al público. Recuerda, lo más importante es que te sientas cómodo sin desencajar en el espacio en el que te encuentras.
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